En cierto momento, un brahmán se acercó al Buddha e intercambió saludos con él. Sentado a un lado le dijo al Buddha:
—Maestro Gotama, hablan de «una Enseñanza visible en esta misma vida». ¿De qué manera la Enseñanza es visible en esta misma vida, inmediatamente efectiva, que invita a la verificación, relevante, para que la gente sensata pueda conocerla por sí misma?
—Una persona ansiosa, vencida y abrumada por el ansia, traerá la desgracia para sí misma, la desgracia para los demás y la desgracia para todos, experimentará angustia y pena. Cuando renuncia al ansia, no traerá la desgracia para sí misma ni la desgracia para los demás ni la desgracia para nadie. No experimentará angustia ni pena. Así es como la Enseñanza es visible en esta misma vida, inmediatamente efectiva, que invita a la verificación, relevante, para que la gente sensata la conozca por sí misma.
Una persona aversiva, dominada por la aversión, traerá la desgracia para sí misma, la desgracia para los demás y la desgracia para todos, experimentará angustia mental y pena. Cuando ha renunciado al odio, no traerá la desgracia para sí misma ni la desgracia para los demás ni la desgracia para nadie. No experimentará angustia ni pena. También así es como la Enseñanza es visible en esta misma vida, inmediatamente efectiva, que invita a la verificación, relevante, para que la gente sensata pueda conocerla por sí misma.
Una persona ignorante, dominada por la ignorancia, traerá la desgracia para sí misma, la desgracia para los demás y la desgracia para todos, experimentará angustia y pena. Cuando se abandona la ignorancia, ya no traerá la desgracia para sí misma ni la desgracia para los demás ni la desgracia para nadie. No experimentará angustia ni pena. Así también es como la Enseñanza es visible en esta misma vida, inmediatamente efectiva, que invita a la verificación, relevante, para que la gente sensata pueda conocerla por sí misma.
—¡Excelente, Maestro Gotama! ¡Excelente! Como si estuviera enderezando lo volcado, o revelando lo oculto, o señalando el camino a los perdidos, o encendiendo una lámpara en la oscuridad para que las personas con buenos ojos puedan ver lo que hay, el Maestro Gotama ha dejado clara la Enseñanza de muchas maneras. Me refugio en el Maestro Gotama, en la Enseñanza y en el Saṅgha de los bhikkhus. A partir de este día, que el Maestro Gotama me recuerde como un seguidor laico que se ha refugiado de por vida.