En cierta ocasión, el Buddha se encontraba cerca de Kusināra, en el Bosque de las Ofrendas. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:
—¡Bhikkhus!
—Venerable señor —respondieron.
El Buddha dijo esto:
—Bhikkhus, tomen el caso de un bhikkhu que vive mantenido por un pueblo o una aldea. Un cabeza de familia o su hijo se acerca y lo invita a comer al día siguiente. El bhikkhu acepta si quiere. Cuando ha pasado la noche, se viste por la mañana, toma su cuenco y su túnica, y se acerca a la casa de ese cabeza de familia, donde se sienta en el asiento extendido. El cabeza de familia o su hijo los sirve y los satisface con sus propias manos con una variedad de comidas deliciosas.
El bhikkhu piensa: «Es tan bueno que este cabeza de familia me sirva una variedad de comidas deliciosas». Luego piensa: «Realmente espero que este cabeza de familia también me sirva una variedad de comidas deliciosas en el futuro». Él come esa comida atado, encaprichado, apegado, ciego a los inconvenientes, y sin entender el escape. Piensa en ello con pensamientos sensoriales, maliciosos o crueles. Una dádiva a un bhikkhu así no es muy fructífera, digo.
—¿Por qué es eso?
—Porque ese bhikkhu es negligente.
Tomemos otro caso de un bhikkhu que vive mantenido por un pueblo o una aldea. Un cabeza de familia o su hijo se acerca y lo invita a comer al día siguiente. El bhikkhu acepta si quiere. Cuando ha pasado la noche, se viste por la mañana, toma su cuenco y su túnica, y se acerca a la casa de ese cabeza de familia, donde se sienta en el asiento extendido. El cabeza de familia o su hijo los sirve y le satisface con sus propias manos con una variedad de comidas deliciosas.
Nunca se le ocurre: «Es tan bueno que el cabeza de familia o su hijo me sirvan y me satisfagan con sus propias manos con una variedad de comidas deliciosas» No piensa: «Realmente espero que este cabeza de familia también me sirva una variedad de comidas deliciosas en el futuro». Él come esa limosna: comida desligada, desapegada, indiferente, viendo el inconveniente y comprendiendo el escape. Piensa en ello con pensamientos de renuncia, buena voluntad o afabilidad. Una dádiva a un bhikkhu así es muy fructífera, digo.
—¿Por qué es eso?
—Porque ese bhikkhu es diligente.