—Bhikkhus, existen estos cuatro esfuerzos.
—¿Qué cuatro?
—Los esfuerzos por refrenar, renunciar, desarrollar y preservar.
—¿Y qué es el esfuerzo de refrenar?
—Cuando un bhikkhu ve una imagen con sus ojos, no se deja atrapar por sus detalles y características. Si la facultad de la vista se dejara sin restricción, los estados mentales perjudiciales del ansia y de la aversión se volverían abrumadores. Por eso practica la contención, protegiendo la facultad de la vista y logrando refrenarla. Cuando escucha un sonido con sus oídos… cuando huele un olor con su nariz… cuando prueba un sabor con su lengua… cuando siente un tacto con su cuerpo… cuando conoce una idea con su intelecto, no queda atrapado en los detalles y las características. Si la puerta de las ideas se dejara sin restricción, los estados mentales perjudiciales del ansia y de la aversión se volverían abrumadores. Por esta razón, practica la restricción, protegiendo la puerta de las ideas, y logrando su restricción. A esto se le llama el esfuerzo para refrenar.
—¿Y qué es el esfuerzo para renunciar?
—Cuando un bhikkhu no tolera un pensamiento sensorial, malicioso o cruel que ha surgido, sino que lo abandona, lo descarta, lo aparta y lo elimina. No tolera ninguna de las cualidades malas o perjudiciales que hayan surgido, sino que las abandona, se deshace de ellas, las elimina y las destruye. A esto se le llama el esfuerzo para renunciar.
—¿Y qué es el esfuerzo para desarrollarse?
—Cuando un bhikkhu desarrolla los factores de la iluminación de la práctica, de la investigación de los fenómenos en el sentido de los factores de aferramiento a la existencia, del placer, de la tranquilidad, de la contemplación y de la impasibilidad, que se basan en el recogimiento, en el desapasionamiento y en la cesación y que maduran en el abandono. A esto se le llama el esfuerzo para desarrollarse.
—¿Y qué es el esfuerzo para conservar?
—Cuando un bhikkhu conserva un objeto de concentración que sea un buen fundamento para la contemplación: un esqueleto, un cadáver infestado de gusanos, un cadáver lívido, un cadáver agujereado por todas partes o un cadáver hinchado. A esto se le llama el esfuerzo para conservar.
Estos son los cuatro esfuerzos.
Contención y abandono, desarrollo y conservación: estos son los cuatro esfuerzos enseñados por el Pariente del Sol. Cualquier bhikkhu que los aplique con entusiasmo puede lograr el fin del sufrimiento.