—Hay cuatro cosas que nadie puede garantizar: ni un asceta, ni un brahmán, ni un deva, ni un Māra, ni un Brahmā ni nadie en el mundo.
—¿Qué cuatro?
—Nadie puede garantizar que alguien que puede envejecer no lo haga. Nadie puede garantizar que una persona propensa a enfermarse no se enferme. Nadie puede garantizar que alguien que pueda morir no muera. Nadie puede garantizar que las malas acciones cometidas en vidas pasadas, dañinas, que conducen a vidas futuras, dolorosas, que resultan en sufrimiento y renacimiento, vejez y muerte, no producirán su resultado.
Estas son las cuatro cosas que nadie puede garantizar: ni un asceta, un brahmán, un deva, un Māra, un Brahmā ni nadie en el mundo.