—Cuando una mala persona estúpida e incompetente tiene cuatro defectos, se hace daño a sí misma y queda rota, merece ser condenada y criticada por las personas sensatas, y genera mucho demérito.
—¿Qué cuatro?
—Sin examinar ni escudriñar, elogia a los que merecen una crítica y critica a los que merecen elogios. Despierta la fe en las cosas que son dudosas y no despierta la fe en las cosas que son inspiradoras. Cuando una mala persona estúpida e incompetente tiene estas cuatro cualidades, se hace daño a sí misma y queda rota, merece ser condenada y criticada por las personas sensatas, y genera mucho demérito.
Cuando una buena persona inteligente y competente tiene cuatro cualidades, no se hace daño a sí misma. No merece ser condenada ni criticada por las personas sensatas, y genera mucho mérito.
—¿Qué cuatro?
—Después de examinar y escudriñar, critica a los que merecen ser criticados y elogia a los que merecen elogios. No despierta la fe en las cosas que son dudosas, y sí despierta la fe en las cosas que son inspiradoras. Cuando una buena persona inteligente y competente tiene estas cuatro cualidades, no se hace daño a sí misma. No merece ser condenada ni criticada por las personas sensatas, y genera mucho mérito.
Cuando elogias a alguien digno de ser criticado,
o críticas a alguien digno de elogio,
eliges la mala suerte con tu propia boca:
nunca encontrarás la felicidad de esa manera.
La mala suerte en los dados es algo trivial,
si todo lo que pierdes es tu dinero
y todo lo que posees, incluso a ti mismo.
Lo que es realmente terrible es odiar a los nobles.
Durante más de dos quinquadecillones de años,
y otros cinco quattuordecillones de años,
un calumniador de los nobles va al infierno,
después de haberles dirigido malas palabras y pensamientos.