Entonces, el brahmín Udāyī se acercó al Buddha… y le preguntó:
—¿El Maestro Gotama alaba el sacrificio?
—Brahmín, no alabo todos los sacrificios. Tampoco critico todos los sacrificios… Tomemos el tipo de sacrificio en el que se sacrifican ganado, cabras y ovejas, pollos y cerdos, y varios tipos de animales. No alabo ese tipo de sacrificio violento.
Pero tomemos el tipo de sacrificio donde no se sacrifican ganado, cabras y ovejas, pollos y cerdos, y varios tipos de animales. Alabo ese tipo de sacrificio no violento, por ejemplo, dádivas frecuentes, donaciones hechas según la tradición familiar.
El tipo de sacrificio que es permisible y oportuno,
bien preparado y no violento,
es asistido por que llevan
una vida de renuncia disciplinada.
Los Buddhas, que han retirado el velo del mundo,
trascendiendo al tiempo y al renacimiento,
alaban este sacrificio,
ya que son expertos en sacrificios.
Cuando haya preparado una ofrenda adecuada,
ya sea como sacrificio o para los antepasados,
sacrifíquela con la mente confiada,
en el fértil campo de los que llevan una vida de renuncia.
Cuando es bien recibido, bien ofrecido y bien sacrificado,
a quien merece limosna,
un sacrificio es verdaderamente abundante,
e incluso los devas se complacen.
Cuando una persona sabia, con fe,
se sacrifica así, con una mente generosa,
esa persona inteligente