—Bhikkhus, un joven de buena familia que tiene fe obtiene cinco beneficios.
—¿Qué cinco?
—Las buenas personas del mundo muestran misericordia primero a los que tienen fe, no tanto a los que no tienen fe. Primero se acercan a los que tienen fe, no tanto a los que no tienen fe. Primero reciben limosnas de los que tienen fe, no tanto de los que no tienen fe. Primero explican la Enseñanza a los que tienen fe, no tanto a los que no tienen fe. Cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, los que tienen fe renacen en un buen lugar, un reino celestial. Un joven de buena familia que tiene fe obtiene estos cinco beneficios.
Supongamos que hubiera una gran higuera en un cruce de caminos en un terreno llano. Se convertiría en un refugio de aves de todas partes. De la misma manera, un joven de buena familia que tiene fe se convierte en refugio para muchas personas: bhikkhus, bhikkhunīs, laicas y laicos.
Con sus ramas, hojas y frutos,
un gran árbol con su tronco fuerte,
fructífero y de raíces firmes,
sostiene a muchas aves.
Es un lugar encantador,
frecuentado por los planeadores.
Aquellos que necesitan sombra van a la sombra,
aquellos que necesitan fruta disfrutan de la fruta.
Así también, un individuo con fe
es perfecto en ética,
humilde y amable,
dulce, amigable y tierno.
Aquellos libres de ansia, libres de odio,
libres de engaños, sin mancha,
campos de mérito para el mundo,
se asocian con tal persona.
Explica la Enseñanza,
que disipa todo sufrimiento.
Entendiendo esta enseñanza,
se extingue sin tendencias subyacentes.