—Un bhikkhu anciano con cinco cualidades es querido y amado por sus compañeros renunciantes, respetado y admirado.
—¿Qué cinco?
—Es ético, es cumplidor del código monástico, se conduce bien y busca limosna en los lugares adecuados. Al ver el peligro en la más mínima falta, mantiene las reglas a las que se ha comprometido.
Es culto, recuerda y conserva lo que ha aprendido. Estas Enseñanzas son buenas al principio, buenas en el medio y buenas al final, significativas y bien redactadas, y describen una práctica que es completamente plena y pura. Es muy experto en tales enseñanzas, recordándolas, reforzándolas, recitándolas, analizándolas mentalmente y comprendiéndolas teóricamente.
Es un buen predicador, con una voz pulida, clara y articulada que expresa el significado. Obtiene las cuatro jhānas cuando lo desea, sin problemas ni dificultades. Logra la liberación de la conciencia y la liberación mediante la episteme en esta misma vida. Y permanece habiendo experimentado por sí mismo, con sus habilidades paranormales, el final de las tendencias subyacentes. Un bhikkhu anciano con estas cinco cualidades es querido y amado por sus compañeros renunciantes, respetado y admirado.