Entonces cierto brahmán se acercó al Buddha e intercambió saludos con él. Cuando terminaron los saludos y las palabras de cortesía, se sentó a un lado y le dijo al Buddha:
—Maestro Gotama, esta es mi doctrina y mi creencia: «No hay capacidad para actuar por uno mismo, ni hay capacidad de actuar en los demás».
—Bueno, brahmán, nunca he visto ni escuchado de nadie que sostenga tal doctrina o punto de vista. ¿Cómo diablos puede alguien que va y viene por su cuenta decir que uno no tiene capacidad para actuar por uno mismo, ni tiene capacidad de actuar en los demás? ¿Qué piensas, brahmán, si hay un elemento de iniciativa?
—Sí, señor.
—Dado que esto es así, ¿encontramos seres que inician la actividad?
—Sí, señor.
—Dado que hay un elemento de iniciativa, y se encuentran seres que inician la actividad, los seres tienen capacidad para actuar por sí mismos o para actuar en los demás. ¿Qué piensas, brahmán, hay un elemento de persistencia… de esfuerzo… de fuerza… de constancia… de energía?
—Sí, señor.
—Dado que esto es así, ¿encontramos seres que tienen energía?
—Sí, señor.
—Dado que hay un elemento de energía, y se encuentran seres que tienen energía, los seres tienen capacidad para actuar por sí mismos o para actuar en los demás.
Bueno, brahmán, nunca he visto ni escuchado de nadie que sostenga tal doctrina o punto de vista. ¿Cómo diablos puede alguien que va y viene por su cuenta decir que no hay capacidad para actuar por uno mismo, ni hay capacidad de actuar en los demás?
—¡Excelente, Maestro Gotama! ¡Excelente! Desde este día en adelante, que el Maestro Gotama me recuerde como un seguidor laico que se ha refugiado de por vida.