—Bhikkhus, cuando una ciudadela fronteriza real está bien provista de siete elementos esenciales y consigue cuatro tipos de sustento cuando es necesario, sin problemas ni dificultades, se la llama una ciudadela fronteriza del rey que no puede ser invadida por enemigos externos y aliados traicioneros.
—¿Con qué siete elementos esenciales está bien provista una ciudadela?
—En primer lugar, una ciudadela tiene una base sólida con cimientos profundos, firmemente incrustados, imperturbables e inquebrantables. Este es el primer elemento esencial con el que está bien dotada la ciudadela fronteriza de un rey, para defender a los de dentro y repeler a los de fuera.
Además, una ciudadela tiene un foso que es profundo y ancho. Este es el segundo elemento esencial…
Además, una ciudadela tiene un camino de patrulla alto y ancho. Este es el tercer elemento esencial…
Además, una ciudadela tiene almacenes con muchas armas, tanto proyectiles como de mano. Este es el cuarto elemento esencial…
Además, muchos tipos de fuerzas armadas residen en una ciudadela, como jinetes de elefantes, caballería, aurigas, arqueros, abanderados, ayudantes, servidores de comida, jefes guerreros, príncipes, cargadores, grandes guerreros, héroes, soldados vestidos de cuero e hijos de siervos. Este es el quinto elemento esencial…
Además, una ciudadela tiene un guardián que es sabio, competente e inteligente. Mantiene a los extraños fuera y deja entrar a las personas conocidas. Este es el sexto elemento esencial…
Además, una ciudadela tiene un muro alto y ancho, cubierto con yeso. Este es el séptimo elemento esencial con el que está bien dotada la ciudadela fronteriza de un rey, para defender a los de dentro y repeler a los de fuera.
Con estos siete elementos esenciales se proporciona una ciudadela.
—¿Cuáles son los cuatro tipos de sustento que consigue cuando lo necesita, sin problemas o dificultades?
—En primer lugar, una ciudadela fronteriza real tiene mucho heno, madera y agua almacenada contribuyendo al bienestar, conveniencia y comodidad de los que están adentro y para repeler a los que está fuera.
Además, una ciudadela fronteriza real tiene mucho arroz y cebada almacenados contribuyendo al bienestar, conveniencia y comodidad de los que están adentro.
Además, una ciudadela fronteriza real tiene mucha comida como sésamo, guisantes y otros frijoles almacenados contribuyendo al bienestar, conveniencia y comodidad de los que están adentro.
Además, una ciudadela fronteriza real tiene muchos alimentos fortificantes (ghee, mantequilla, aceite, miel, melaza y sal) almacenadas contribuyendo al bienestar, conveniencia y comodidad de los que están adentro y para repeler a quienes está afuera.
Estos son los cuatro tipos de sustento que obtiene cuando es necesario, sin problemas ni dificultades.
Cuando una ciudadela fronteriza real está bien provista de estos siete elementos esenciales y obtiene estos cuatro tipos de sustento cuando es necesario, sin problemas o dificultades, se la denomina ciudadela fronteriza del rey que no puede ser invadida por enemigos externos y aliados traicioneros.
De la misma manera, cuando un discípulo de los Nobles tiene siete buenas cualidades y obtiene las cuatro jhānas, cuando lo desea, sin problemas o dificultades, se le llama discípulo de los Nobles que no puede ser invadido por el Māra, que no puede ser invadido por el Maligno.
—¿Cuáles son las siete buenas cualidades que tiene?
—Así como una ciudadela fronteriza real tiene una base sólida de cimientos profundos, firmemente incrustados, imperturbables e inquebrantables, para defender a los de adentro y repeler a los de afuera, de la misma manera un discípulo de los Nobles tiene fe en el despertar del Tathāgata: «Ese Bendito es un Digno, un Buddha completamente iluminado, consumado en conocimiento y conducta, bienaventurado, conocedor del mundo, guía incomparable para los que deben ser entrenados, maestro de devas y humanos, despierto, bendecido». Un discípulo de los Nobles, con la fe como columna, abandona lo perjudicial y desarrolla lo beneficioso, abandona lo reprobable y desarrolla a lo intachable, y se mantiene puro. Esta es la primera buena calidad que tiene.
Así como una ciudadela tiene un foso profundo y ancho, del mismo modo un discípulo de los Nobles tiene vergüenza. Es vergonzoso con la mala conducta en el cuerpo, en el habla y en la mente, y es vergonzoso de tener defectos malos o perjudiciales. Un discípulo de los Nobles con una vergüenza como su foso abandona lo perjudicial y desarrolla lo beneficioso, abandona lo reprobable y desarrolla a lo intachable, y se mantiene puro. Esta es la segunda buena calidad que tiene.
Así como una ciudadela tiene un camino de patrulla que es alto y ancho, del mismo modo un discípulo de los Nobles es escrupuloso. Es escrupuloso cuando se trata de una mala conducta con el cuerpo, con el habla y con la mente, y escrupuloso cuando se trata de adquirir defectos malos o perjudiciales. Un discípulo de los Nobles escrupuloso en su camino de patrulla abandona lo perjudicial y desarrolla lo beneficioso y desarrolla lo intachable, y se mantiene puro. Esta es la tercera buena calidad que tiene.
Así como una ciudadela tiene provisiones de muchas armas, tanto proyectiles como de mano, del mismo modo un discípulo de los Nobles es culto. Recuerda y guarda lo que ha aprendido. Estas Enseñanzas son buenas al principio, buenas en el medio y buenas al final, significativas y bien redactadas, y describen una práctica que es completamente plena y pura. Es culto en tales enseñanzas, recordándolas, recitándolas, analizándolas mentalmente y comprendiéndolas teóricamente. Un discípulo de los Nobles con el aprendizaje como arma abandona lo perjudicial y desarrolla lo beneficioso y desarrolla lo intachable, y se mantiene puro. Esta es la cuarta buena calidad que tiene.
Así como muchos tipos de fuerzas armadas residen en una ciudadela… de la misma forma un discípulo de los Nobles es enérgico. Vive con la energía que se despierta al renunciar a las cualidades perjudiciales y abrazar las cualidades meritorias. Es fuerte, incondicionalmente vigoroso, no se afloja cuando se trata de desarrollar cualidades meritorias. Un discípulo de los Nobles con energía como sus fuerzas armadas abandona al perjudicial y desarrolla al hábil, abandona al reprobable y desarrolla al irreprensible, y se mantiene puro. Esta es la quinta buena calidad que tiene.
Así como una ciudadela tiene un guardián que es sabio, competente e inteligente, que mantiene alejados a los extraños y deja entrar a las personas conocidas, de la misma manera un discípulo de los Nobles tiene memoria. Tiene el máximo cuidado y alerta, y puede recordar y memorizar lo que se dijo y se hizo hace mucho tiempo. Un discípulo de los Nobles con memoria como su guardián abandona lo perjudicial y desarrolla lo beneficioso, abandona lo reprobable y desarrolla a lo intachable, y se mantiene puro. Esta es la sexta buena calidad que tiene.
Así como una ciudadela tiene un muro alto y ancho, recubierto de yeso, para defender a los de dentro y repeler a los de fuera, de la misma manera un discípulo de los Nobles es sabio. Tiene la sabiduría que distingue entre el surgimiento y el cese, la cual es noble, penetrante y conduce al final completo del sufrimiento. Un discípulo de los Nobles con sabiduría como muro abandona lo perjudicial y desarrolla lo beneficioso y desarrolla lo intachable, y se mantiene puro. Esta es la séptima buena calidad que tienen. Estas son las siete buenas cualidades que tiene.
—¿Y cuáles son las cuatro jhānas que obtiene cuando quiere, sin problemas ni dificultades?
—Así como una ciudadela fronteriza real tiene mucho heno, madera y agua almacenada contribuyendo al bienestar, conveniencia y comodidad de los que están adentro y para repeler a los que está fuera, de la misma forma un discípulo de los Nobles, completamente apartado de los placeres sensoriales, apartado de las cualidades perjudiciales, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer y la felicidad nacida del recogimiento, al tiempo que coloca la mente y la mantiene conectada. Esto es para su propio disfrute, alivio y consuelo, y para posarse en el Nibbāna.
Así como una ciudadela fronteriza real tiene mucho arroz y cebada almacenados, de la misma manera, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, un discípulo de los Nobles entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento. Esto es para su propio disfrute, alivio y consuelo, y para posarse en el Nibbāna.
Así como una ciudadela fronteriza real tiene mucho alimento como sésamo, guisantes y otros frijoles almacenados, de la misma manera con la desaparición del placer, entra y se sumerge en la tercera jhāna, donde contempla con impasibilidad, diligente y decidido y siente el bienestar corporal del que los nobles declaran: «Impasible y decidido, uno permanece en la felicidad». Esto es para su propio disfrute, alivio y consuelo, y para posarse en el Nibbāna.
Así como una ciudadela fronteriza real tiene muchos alimentos fortificantes (ghee, mantequilla, aceite, miel, melaza y sal) almacenados para el disfrute, alivio y consuelo de los que está dentro y para repeler a los que está fuera, de la misma manera, renunciando al placer al y dolor, y acabando con la felicidad y tristeza anteriores, un discípulo de los Nobles entra y se sumerge en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis.
Esto es para su propio disfrute, alivio y consuelo, y para posarse en el Nibbāna. Estas son las cuatro jhānas, que obtiene cuando quieren, sin problemas ni dificultades.
Cuando un discípulo de los Nobles tiene siete buenas cualidades, y obtiene las cuatro jhānas, cuando lo desea, sin problemas o dificultades, se le llama discípulo de los Nobles que no puede ser invadido por el Māra, que no puede ser invadida por el Maligno.