—Bhikkhus, un bhikkhu con ocho cualidades es digno de ser un misionero.
—¿Qué ocho?
—Es un bhikkhu que aprende y educa a los demás. Memoriza y ayuda a otros a recordar. Entiende y ayuda a otros a entender. Es hábil para saber qué está en el tema y qué no. Y no provoca peleas. Un bhikkhu con estas ocho cualidades es digno de ser un misionero.
Al tener ocho cualidades, Sāriputta es digno de ser un misionero.
—¿Qué ocho?
—Aprende y educa a los demás. Memoriza y ayuda a otros a recordar. Entiende y ayuda a otros a entender. Es experto en saber qué está en el tema y qué no. Y no causa peleas. Al tener estas ocho cualidades, Sāriputta, es digno de ser un misionero.
No tiembla cuando llega
a una asamblea de feroces polemistas,
no omite ninguna palabra,
ni oculta las instrucciones.
Sus palabras no están envenenadas
y no tiembla cuando se le pregunta.
Un bhikkhu así es digno
de ser un misionero.