AN 9.33: Los nueve logros contemplativos progresivos

—Bhikkhus, os enseñaré los nueve logros contemplativos progresivos. Escuchad atentamente, hablaré.

—Sí, Maestro —respondieron esos bhikkhus.

El Bendito dijo:

—¿Y cuáles son los nueve logros contemplativos progresivos?

De donde cesan los placeres sensoriales, y de aquellos que han terminado por completo los placeres sensoriales, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesan los placeres sensoriales», se le debe decir: «Venerable, es cuando un bhikkhu, completamente apartado de los placeres sensoriales, apartado de las cualidades perjudiciales, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer y la felicidad que nace del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. Ahí es donde cesan los placeres sensoriales». Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, y de aquellos que han terminado por completo con el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa la desaparición del direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento», se le debería decir: «Es cuando un bhikkhu, al desaparecer el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento». Ahí es donde cesa el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento. Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde cesa el placer, y de aquellos que han terminado completamente con el placer, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa el placer», se le debe decir: «Es cuando un bhikkhu, con la desaparición del placer, entra y se sumerge en la tercera jhāna, donde permanece con impasibilidad, consciente y experimentando personalmente la felicidad de la cual los nobles declaran: “Ecuánime y atento, uno permanece en la felicidad”. Ahí es donde cesa el placer». Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde cesa la felicidad, y de aquellos que han terminado completamente con la felicidad, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa la felicidad», se le debe decir: «Es cuando un bhikkhu, renunciando al placer y al dolor, y terminando con la felicidad y la tristeza anteriores, entra y se sumerge en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis. Ahí es donde cesa la felicidad». Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde cesan las percepciones de las qualia, y ​​de aquellos que han terminado por completo con las percepciones de las qualia, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa la percepción de las qualia», se le debería decir: «Es cuando un bhikkhu, yendo totalmente más allá de las percepciones de las qualia, superando toda percepción sensorial, abandonando las distracciones, consciente de que “es un Lugar Vacío”, entra y se sumerge en la dimensión de un Lugar Vacío. Ahí es donde cesan las percepciones de las qualia». Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde cesa la percepción de la dimensión de un Lugar Vacío, de aquellos que han terminado por completo con la percepción de la dimensión de un Lugar Vacío, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa la percepción de la dimensión de un Lugar Vacío», se le debe decir: «Es cuando un bhikkhu, yendo totalmente más allá de la dimensión de un Lugar Vacío, consciente de que “es un Lugar Sin Límites Conocidos”, entra y se sumerge en la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos. Ahí es donde cesa la percepción de la dimensión de un Lugar Vacío». Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde cesa la percepción de la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos, de aquellos que han terminado por completo con la percepción de la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa la percepción de la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos», se le debería decir: «Es cuando un bhikkhu, yendo totalmente más allá de la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos, consciente de que “no hay Ningún Lugar”, entra y se sumerge en la dimensión de Ningún Lugar. Ahí es donde cesa la percepción de la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos». Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde cesa la percepción de la dimensión de Ningún Lugar, y de aquellos que han terminado por completo con la percepción de la dimensión de Ningún Lugar, digo esto: «Claramente, esos venerables se extinguen, no tienen deseos ni necesidad. Han atravesado la sensorialidad y han trascendido en ese aspecto».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa la percepción de la dimensión de Ningún Lugar», se le debería decir: «Es cuando un bhikkhu, yendo totalmente más allá de la dimensión de Ningún Lugar, entra y se sumerge en la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia. Ahí es donde cesa la percepción de la dimensión de Ningún Lugar».

Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

De donde la percepción de la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia cesa, y de aquellos que han terminado por completo con la percepción de la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia, digo esto: «Claramente esos venerables están sin deseos, extinguidos, cruzados, han ido más allá en ese sentido».

Si alguien dijera: «No sé ni veo dónde cesa la percepción de la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», se le debe decir: «Es cuando un bhikkhu, yendo totalmente más allá de la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia, entra y se sumerge en el cese de los factores de aferramiento a la existencia. Ahí es donde cesa la percepción de la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia». Claramente, alguien que no sea taimado o engañoso aprobaría y estaría de acuerdo con esa declaración. Él diría: «¡Bien!». E inclinándose, rendiría homenaje con las palmas juntas.

Estos son los nueve logros contemplativos progresivos.

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