En Sāvatthī.
Allí, el venerable Mahākappina estaba sentado no lejos del Buddha con las piernas cruzadas, su cuerpo recto y establecido en la práctica allí mismo. El Buddha lo vio y se dirigió a los bhikkhus:.
—Bhikkhus, ¿veis algún movimiento o temblor en el cuerpo de ese bhikkhu?
—Señor, cada vez que vemos a ese bhikkhu contemplando, ya sea en medio del Saṅgha o solo en privado, nunca vemos ningún movimiento o temblor en su cuerpo.
—Bhikkhus, cuando se ha desarrollado y entrenado una contemplación, no hay movimiento ni temblor del cuerpo o en la mente. Ese bhikkhu consigue tal contemplación cuando quiere, sin problemas ni dificultad.
—¿Y qué es esa contemplación?
—Cuando se ha desarrollado y entrenado la contemplación mediante las instrucciones de la práctica de la respiración, no hay movimiento ni temblor del cuerpo o en la mente.
—¿Y cómo se desarrolla y cultiva la contemplación mediante las instrucciones de la práctica en la respiración?
—Es cuando un bhikkhu, que se ha ido a la jungla, a la raíz de un árbol o a una cabaña vacía. Se sienta con las piernas cruzadas y el cuerpo erguido y trae el recuerdo de las instrucciones ante él.
Conscientemente inhala. Conscientemente exhala..
Practica así: «Inspiraré dejando ir la observación». Practica así: «Expiraré dejando ir la observación».
Así es como se desarrolla y cultiva la contemplación mediante las instrucciones de la práctica de la respiración para que no haya movimiento ni temblor del cuerpo o la mente.