En Kapilavatthu.
En ese momento Sarakāni, el sākka, había fallecido. El Buddha declaró que él era uno que ha entrado en la corriente, no susceptible de renacer en los planos de sufrimiento y destinado a la iluminación.
Ante eso, varios sākkas se reunieron quejándose, refunfuñando y objetando:
—¡Es increíble, es asombroso! ¡Ahora seguramente cualquiera puede convertirse en uno que ha entrado en la corriente! Porque el Buddha incluso declaró que Sarakāni era uno que ha entrado en la corriente después de su fallecimiento. Sarakāni estaba demasiado débil para el entrenamiento, y había empezado a beber.
Entonces Mahānāma el sākka se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le contó lo que había sucedido.
El Buddha dijo:
—Mahānāma, cuando un seguidor laico ha ido durante mucho tiempo a refugiarse en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha, ¿cómo podría ir a los planos de sufrimiento? Y si se debería decir con razón que alguien que se ha refugiado durante mucho tiempo en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha, es Sarakāni el sākka.
Sarakāni el sākka se ha refugiado durante mucho tiempo en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha. ¿Cómo podría ir a los planos de sufrimiento?
Tomemos el caso de cierta persona que tiene una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha… una inteligencia brillante y es ingenioso y ha alcanzado la liberación. Se ha dado cuenta de la liberación de la conciencia a través de la episteme en esta misma vida. Y permanece habiendo experimentado por sí mismo el fin de las tendencias subyacentes en la conciencia.
Esta persona está exenta del infierno, el reino animal y el reino de los espíritu en pena. Está exenta de lugares de pérdida, de lugares malos, del inframundo.
Tomemos el caso de otra persona que tenga una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha… Tiene una inteligencia brillante y es ingenioso y ha alcanzado la liberación. Con el fin de las cinco adicciones que unen al mundo inferior, renace sin padres. Allí se extingue y no es probable que regrese de ese mundo. Esta persona también está exenta del infierno, el reino animal y el reino de los espíritus hambrientos. Está exenta de lugares de pérdida, de lugares malos, del inframundo.
Tomemos el caso de otra persona que tenga una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha… Pero no tiene una inteligencia brillante ni es ingenioso ni ha alcanzado la liberación. Con el fin de tres adicciones y el debilitamiento del ansia, la aversión y de la ignorancia, regresa una vez. Vuelve a este mundo una sola vez y luego ponen fin al sufrimiento. Esta persona también está exenta del infierno, el reino animal y el reino de los espíritus hambrientos. Está exenta de lugares de pérdida, de lugares malos, del inframundo.
Tomemos el caso de otra persona que tenga una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha… Pero no una inteligencia brillante ni es ingenioso ni ha alcanzado la liberación. Con la erradicación de las tres adicciones, entra en la corriente, no puede renacer en los planos de sufrimiento y está destinada a la iluminación. Esta persona también está exenta del infierno, el reino animal y el reino de los espíritus hambrientos. Está exenta de lugares de pérdida, de lugares malos, del inframundo.
Tomemos el caso de otra persona que no tenga una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha… No tiene una inteligencia brillante ni es ingenioso, ni ha alcanzado la liberación. Aun así, tiene estas cualidades: las facultades de la fe, de la energía, de la memoria, de la contemplación y de la sabiduría. Y acepta los principios proclamados por el Tathāgata después de considerarlos con algún grado de sabiduría. Esta persona tampoco va al infierno, al reino animal y al reino de los espíritu en pena. No va a lugares de pérdida, lugares malos, el inframundo.
Tomemos el caso de otra persona que no tenga una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha… No tiene una inteligencia brillante ni es ingenioso, ni ha alcanzado la liberación. Aun así, tiene estas cualidades: Las facultades de la fe, de la energía, de la memoria, de la contemplación y de la sabiduría. Y tiene un grado de confianza y amor por el Buddha. Esta persona tampoco va al infierno, al reino animal ni al reino de los espíritu en pena. No va a lugares de pérdida, lugares malos, el inframundo.
Si estos grandes árboles de sal pudieran entender lo que se dijo bien y lo que se dijo mal, los declararía como los que han entrado en la corriente. ¿Por qué no puede aplicarse esto a Sarakāni?
Mahānāma, Sarakāni, el sākka, realizó el entrenamiento en el momento de su muerte.