AN 3.15: Acerca de Pacetana

Hubo un tiempo en que el Buddha se encontraba cerca de Benarés, en el parque de ciervos de Isipatana. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Érase una vez un rey llamado Pacetana. El rey Pacetana se dirigió a su constructor de carros:

—Dentro de seis meses, mi buen constructor de carros, habrá una batalla, ¿puedes hacerme un nuevo par de ruedas?

—Puedo, Majestad —respondió el fabricante de carros. Luego, cuando eran seis días antes del plazo de los seis meses, el fabricante de carros había terminado una rueda.

Entonces el rey Pacetana se dirigió a su constructor de carros:

—Dentro de seis días habrá una batalla. ¿Mi nuevo par de ruedas está terminado?

—Ahora que faltan seis dias para los seis meses, Majestad, he terminado una rueda.

—¿Podrás terminar la segunda rueda en estos seis días?

Al decir: «Puedo, Su Majestad», el fabricante de carros terminó la segunda rueda en seis días. Tomando el par de ruedas, se acercó al rey Pacetana y le dijo esto:

—Su Majestad, estas son sus dos ruedas nuevas, terminadas.

Pero, mi buen constructor de carros, ¿cuál es la diferencia entre la rueda que se terminó en seis meses menos seis días y la rueda que se terminó en solo seis días, porque no veo ninguna diferencia entre ellas?

—Majestad, sí hay una diferencia. Ve ahora cuál es.

Entonces el fabricante de carros hizo avanzar la rueda que se había terminado en seis días. Rodó hasta donde la llevó el empuje inicial, luego se tambaleó y cayó. Luego hizo rodar la rueda que se había terminado en seis meses menos seis días. Rodó hasta donde lo llevó el empuje inicial, luego se quedó quieta como si estuviera fijada a un eje.

—¿Pero cuál es la causa, mi buen constructor de carros, cuál es la razón por la cual la rueda que se terminó en seis días se tambaleó y cayó, mientras que la que se terminó en seis meses menos seis días se quedó quieta como si estuviera fijada a un eje?

—La rueda que se terminó en seis días, Su Majestad, está torcida, tiene errores y tiene fallas en la llanta, los radios y el cubo. Por eso se tambaleó y se cayó. La rueda que se terminó en seis meses menos seis días Majestad, no está torcida, no tiene errores ni tiene fallas en la llanta, el radio ni el cubo. Por eso se quedó quieta como si estuviera fijada a un eje.

Ahora, bhikkhus, podríais pensar: «Seguramente fue otra persona el fabricante de carros». Pero no deberíais verlo así. Yo mismo era el fabricante de carros en ese momento. «Entonces me convertí en un experto en los errores, las fallas y los defectos de la madera».

Ahora que soy un Buddha Digno, un Buddha plenamente despierto, soy un experto en los errores, fallas y defectos de las acciones del cuerpo, del habla y de la mente. Cualquier bhikkhu o bhikkhunī que no haya renunciado a los errores, las fallas y los defectos del cuerpo, del habla y de la mente, ha caído de la Enseñanza y la Disciplina, al igual que la rueda que se terminó en seis días.

Cualquier bhikkhu o bhikkhunī que haya renunciado a los errores, las fallas y los defectos del cuerpo, del habla y de la mente se establece en la Enseñanza y la Disciplina, al igual que la rueda que se terminó en seis meses menos seis días. Por tanto, debéis entrenar así: «Dejaremos del lado los errores, las fallas y los defectos del cuerpo, del habla y de la mente». Así es como debéis entrenar.

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