—Bhikkhus, un agricultor tiene tres deberes urgentes.
—¿Qué tres?
—Un agricultor se asegura rápidamente de que el campo esté bien arado y labrado. A continuación, siembra rápidamente semillas en temporada. Cuando es el momento adecuado, riega o drena rápidamente el campo. Estos son los tres deberes urgentes de un agricultor. Ese agricultor no tiene ningún poder o habilidad especial para decir: «¡Que las cosechas germinen hoy!». «¡Que florezcan mañana!». «¡Que maduren al día siguiente!». Pero llega un momento en que los cultivos de ese agricultor germinan, florecen y maduran a medida que cambian las estaciones.
De la misma forma, un bhikkhu tiene tres deberes urgentes.
—¿Qué tres?
—Tomar sobre él los preceptos de la ética superior, de la concentración y de la sabiduría. Estos son los tres deberes urgentes de un bhikkhu. Ese bhikkhu no tiene ningún poder o habilidad especial para decir: «¡Que mi mente se libere ahora de las tendencias subyacentes mediante el desaferramiento!». «¡O mañana!». «¡O al día siguiente!».
Pero llega un momento, mientras ese bhikkhu se entrena en la ética superior, en la concentración y en la sabiduría, en que su mente se libera de las tendencias subyacentes mediante el desaferramiento.
Así que deberéis entrenar así: «Tendremos un gran entusiasmo por tomar sobre nosotros los preceptos de la ética superior, de la concentración y de la sabiduría». Así es como debéis entrenar.